¿Preferimos la compra al alquiler de vivienda?

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Siempre se ha dicho que a los españoles nos gusta comprar casa, no vivir de alquiler, como si fuera algo escrito en nuestros genes. Pero si eres de los que nunca ha querido casarse con el banco y la angustia de sentirte un bicho raro no te deja dormir, te recomiendo que sigas leyendo.

Veamos en primer lugar cómo de singular resulta esa preferencia de los españoles por la propiedad.

Según podemos ver aquí, en realidad, la propiedad de la vivienda es la fórmula mayoritaria en todos los países de la Unión Europea, no solo en España. Incluso en Alemania, que siempre se pone como ejemplo de país donde se prefiere el alquiler, más de la mitad son propietarios, concretamente un 53,2%. En el extremo opuesto se encuentra Rumanía, donde la propiedad de la vivienda alcanza el 96,6% de la población. España ocupa un modesto puesto 12 en el ranking con un 78,9% de propietarios de vivienda (con o sin hipoteca).

Hay circunstancias que determinan la preferencia por la compra frente al alquiler. Durante años en España se ha impulsado y favorecido la compra, instaurando ventajas fiscales y facilitando el crédito hipotecario. El precio de los alquileres tampoco permitió que estos fueran una buena alternativa a la compra.

Una forma bastante objetiva de saber cómo de asequible es el alquiler en un país consiste en ver qué porcentaje de inquilinos se gastan el 40% o más de su renta disponible en la vivienda.  Ordenando los países de más a menos conforme a este criterio, los españoles aparecemos en el pelotón de cabeza: Rumanía 76,3%; Lituania 55,7%; Grecia 53,0% y España 50,4%. Este mismo indicador para propietarios con hipoteca baja a un 15% en el caso de España.

Por tanto, si la deuda de por vida no te asusta, la compra resulta preferible porque permite diferir el pago y aumentar la renta disponible a corto plazo. No parece tampoco casual que Rumanía y Lituania (con un 96,6% y 91,9% de propietarios, respectivamente) sean también los países donde el sobrecoste del alquiler es la norma entre los inquilinos.

Actualmente los bancos se han vuelto exigentes para conceder todo tipo de préstamos, ya no hay desgravaciones a la compra y ante la ausencia de compradores solventes, está aumentando la oferta de viviendas que salen al mercado de alquiler, con un efecto claro en los precios. Desde 2010 no solo crecen por debajo de la inflación general, sino que por primera vez en años empiezan a bajar.

Una mejora de los alquileres puede contribuir a que en el futuro seamos menos compradores compulsivos, aunque todo parece indicar que la propiedad seguirá siendo una preferencia bastante común.

Nadie espere ahora recomendaciones generales que sirvan para todos por igual, salvo la de que tengamos una calculadora cerca, sea cual sea nuestra preferencia, y digan lo que digan las corrientes de opinión. Cada caso es diferente y el «momento compra» de unos puede ser el «momento alquiler» de otros. De los desahucios y los bancos reconvertidos en inmobiliarias podemos sacar ya buenas lecciones.

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