Los países y la distancia en el hogar

En la entrada anterior comenté algunos aspectos que afectan a la mayor o menor facilidad de mantener la distancia social en una comunidad, como puede ser el entorno (rural, ciudad) y el tipo de vivienda (unifamiliar, pisos). La proporción de personas mayores viviendo solas adquiere interés por sí sola, al tratarse de un colectivo especialmente vulnerable. Aquí se trata de aportar alguna información comparativa en cuanto a las posibilidades de mantener distancias físicas dentro del hogar, atendiendo a las características de las viviendas que las encuestas oficiales proporcionan.

Hay 4,7 millones de hogares unipersonales, mayores de 65 años o no, lo que representa el 10% de toda la población. Es decir, el 90% de la población comparte espacio físico con otros miembros del hogar, lo que dificulta esa imperiosa necesidad de mantener la separación que se recomienda para evitar los contagios. Ya ha sido reconocido por parte de las autoridades el problema de los contagios intrafamiliares.

Pero, aunque hay más población viviendo en ciudades y pisos que la media europea, en lo que se refiere a espacio dentro de las viviendas, España está bastante mejor posicionada que la media y que muchos otros países de nuestro entorno. Atendemos en este caso a la tasa de hacinamiento, la proporción de viviendas sub-ocupadas y el número medio de habitaciones por persona.

Tasa de hacinamiento

 

Tasa de hacinamiento. 2018

Eurostat define este indicador como el porcentaje de la población que vive en un hogar superpoblado, entendiendo por tal el hogar que no tiene:
– una habitación para el hogar;
– una habitación por pareja en el hogar;
– una habitación para cada persona mayor de 18 años;
– una habitación por pareja de solteros del mismo sexo entre 12 y 17 años de edad;
– una habitación para cada persona individual entre 12 y 17 años de edad y no incluida en la categoría anterior;
– una habitación por pareja de niños menores de 12 años.

A grandes rasgos, el dato es especialmente alto en los países del este de Europa, disminuye en los centroeuropeos y tiende a bajar más en los nórdicos y de habla inglesa, donde curiosamente también se ubica España, con un 4,7% de la población que no cumple los requisitos arriba indicados. Es decir, entre los valores más bajos de la tabla.

La tasa de hacinamiento en España se ha reducido nueve puntos en los últimos quince años, coincidiendo con el auge y caída de la actividad generada por la construcción de viviendas residenciales. Parece que no todo fue malo en tiempos de la famosa burbuja. Muchas familias mejoraron sus condiciones de vida gracias a la ampliación en la oferta de viviendas, que venía de épocas de gran escasez.

 

Viviendas sub-ocupadas y Número medio de habitaciones por persona

La proporción de personas que residen en viviendas sub-ocupadas se refiere a la población que vive en una vivienda considerada demasiado grande en relación a sus ocupantes, por oposición a la anterior tasa de hacinamiento. Si la casa respectiva está por encima del número mínimo de habitaciones necesarias, entonces el hogar estaría sub-ocupado. La ordenación en esta medida sitúa a España nuevamente en los puestos más favorables de la tabla, con más de la mitad de la población residiendo en este tipo de hogares (56,3%).

Por su parte, el número medio de habitaciones por ‘persona equivalente’ que vive en el hogar se calcula como el promedio ponderado de la proporción del número de habitaciones disponibles en el hogar sobre el efectivo tamaño del hogar. También aquí España tiene un valor relativamente alto, por encima de la UE y la eurozona (1,7 en ambas), y equivalente al de Finlandia y Dinamarca (1,9).

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